Va de toros. ¡Va por ustedes!

Cuatro fechas, cuatro curiosidades 

Año 1934. Fiestas de la Cruz, días 4 y 5, se celebran dos corridas de vacas y novillos. Sale a subasta el espectáculo, quedándose con el concurso el tablajero (persona que comercia con la carne para el consumo) Juan Rubio León, vecino de Coca, por la cantidad de 797,50 pesetas. La Comisión de la subasta estuvo presidida por el alcalde Romualdo Acosta Villacorta, con la asistencia de Florentino Rodríguez Esteban, Fidel Blanco Rodríguez y el secretario del Ayuntamiento José González.

      El postor disponía de todo el espacio que comprende la Plaza Mayor, haciendo un cerramiento completo: construcción de tablados, toriles y demás accesorios; sometiéndose a la inspección de un arquitecto. Correría a cargo del contratista la organización completa del espectáculo (contrata de diestros, enfermería, venta de localidades, etc.) Emilio Villarreal fue el encargado de construir el tablado y cerramiento de la plaza. El novillero fue “Finito de Segovia”. Se lidiaron ocho vacas y dos novillos cada día. Por la mañana, de las 11,00 h. a las 13,00 h.; y por la tarde, de las 16,00 h. a las 19,00 h.

      Durante la lidia del día 5, en el quinto novillo, saltó el espontáneo Aurelio Salas, de 28 años y natural de Madrid, sufriendo una cornada en el escroto, con pronóstico reservado según el médico local, don José Apellániz. 

Año 1960. Durante las Fiestas de Nuestra Señora y San Roque, los días 14 y 16, siendo alcalde Fernando Sanz Pedraza, se soltaron dos Toros de Fuego, uno cada noche. A partir de esas fechas siempre ha habido toros de fuego, tanto en las fiestas de mayo como en las de agosto. 

Año 1984. Es en las Fiestas de agosto cuando se establecen por primera vez en la época actual (ya tienen ustedes noticia de encierros anteriores al año 1613) encierros de toros por las calles de la villa. Hubo tres días: 15, 17 y 18, siendo alcalde Joaquín Oviedo de Rojas. 

Año 1995. En las Fiestas de agosto, el día SanRoque, siendo alcalde J. Carlos Álvarez Cabrero, y al finalizar la verbena popular, se efectuó el primer encierro de Toros de Fuego. Este acto, que se repite todos los años, es, quizás, uno de los momentos más mágicos de todas las fiestas, al menos, para los que lo vivimos en directo.

      Desde aquí nuestro homenaje a los porteadores de los toros, pues se lo merecen ya que es una actividad en la que se pasa mucho calor, te quemas (a veces), te agotas y sufres el intenso olor a pólvora. Lo decimos, según información y porque lo hemos sufrido en nuestras carnes. 

Felipe (Agapito) Rodríguez Martínez
Cronista Oficial de Coca y su Tierra


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