Por fin hay campanario en Villeguillo
Claro que había y hay campanario en Villeguillo desde tiempo inmemorial, pero el paso del tiempo hace estragos, también en estos viejos y abandonados campanarios de nuestras iglesias.
Con el protagonismo que tenían, no hace mucho tiempo, los campanarios en nuestros pueblos, marcando las horas y el ritmo de vida de las gentes. Las campanas nos daban la buena nueva del nacimiento y bautismo de un nuevo hijo y la pena y despedida de un ser querido; nos avisaban de incendios y tempestades, y al tiempo invitaban a la oración y el silencio de nuestro alma; eran todo un reclamo para las cosas de aquí abajo y para las de arriba, para lo de dentro y lo de fuera; las campanas cumplían perfectamente su oficio y daban trabajo al sacristán y a los mozos del pueblo.
Esos viejos campanarios por los que han pasado tantas y tantas generaciones y que ha estado en Villeguillo a punto de desaparecer para la memoria de todos. Solo algunos jóvenes se acercaban en las novenas en honor a San Antonio a hacer sonar su protesta por tanta dejadez. Pero los habitantes de Villeguillo, esta vez sí han escuchado la queja y el canto de sus campanas y se han puesto manos a la obra para hacerlas sonar por mucho tiempo.
Escaleras nuevas, suelo de verdad por donde se puede pisar en lo alto de la torre, protección con puertas y ventanas de cristal y de alambrera para que las palomas no se apoderen de algo que no es solo suyo, asideros para que las personas más mayores aún puedan acceder a aquello que algún día fue su sueño, nidos de cigüeña que amenazan un tejado que se retiran y por fin, la reforma de las dos campanas que faltaban. Como va a sonar eso el día que nuestros jóvenes se apoderen de la torre para hacer sonar esas cuatro campanas-notas musicales en honor a su gran patrono San Antonio de Padua, por supuesto con permiso de San Pedro.
Mi enhorabuena al pueblo de Villeguillo y a aquellas personas que lo han hecho posible…, ahora sí, tenéis lo que os merecéis. Vuestro párroco, con cariño. Paco