El Tamarindo
Maribel Egido Carrasco
Este encantador arbolito, que conocemos con diversos nombres como: Tamarindo, Atarfe, Taray y alguno más, pertenece a la familia “Tamaricaceae”, y tiene como nombre latino el de “Tamarix gallica”. Al parecer los romanos relacionaban esta especie con el río Tamaris, en cuyas orillas abundaba, y a partir de esa raíz se ha conservado el nombre.
Su follaje es muy fino, de aspecto plumoso y de color verde claro, siendo de hoja caduca. En primavera-verano se cubre de flores en forma de espiga con un precioso color rosa. Soporta bien el frío, y es a pleno sol donde se produce su mejor floración.
Es un árbol pequeño ó arbusto cuya altura alcanza de 2 a 4 metros, y muy propio de jardines pequeños.
En los tiempos en que yo bajaba a bañarme a la piscina Eresma, acostumbraba a tumbarme bajo los tamarindos que formaban barrera vegetal en el muro que separaba el recinto de la carretera, y desde esa cómoda postura, disfrutaba de la hermosa imagen de sus preciosas flores que se recortaban contra el cielo azul del verano.