La ermita de Nuestra Señora de Neguillán
Felipe Rodríguez Martínez, Cronista Oficial de Coca y su Tierra
Aunque no estaba situada en el término de Coca ha estado siempre vinculada a su historia. Se encontraba ubicada a unos quinientos metros de Villagonzalo, en el camino que va de este lugar a Santiuste, exactamente a la izquierda de dicho camino. Hoy es una tierra convertida en viña.
Nuestra Señora de Neguillán, Patrona de la Comunidad de villa y tierra de Coca
Parece ser que, por el año 1841, se arruinó esta ermita, siendo trasladada la imagen a la parroquia de Villagonzalo. Esta talla, de la Virgen con el Niño, románica o bizantina del siglo XI o XII, era ya en el siglo XII la Patrona de la Comunidad de Villa y Tierra de Coca.
El primer documento que la menciona es del año 1247, en él se la nombra Neguillán. En el año 1548 aún se la sigue llamando de la misma manera. En el año 1620 se efectúa un importante trabajo de reforma en ella, costeado todo por el ilustre vecino de Coca: Antonio de Septién. En el año 1761 se vuelve a realizar otra importante restauración. En 1769 es necesario recurrir a los fondos que tiene la ermita para restaurar el retablo de la iglesia parroquial de Villagonzalo. El obispo de Segovia concede mil reales del caudal de dicha ermita para el blanqueo y dorado del altar mayor. Sabemos que, además del cuerpo principal, tenía un soportal, sacristía, una cocina y una capilla con su bóveda.
En esta ermita hacían sus juntas los antiguos procuradores de las aldeas comuneras, bajo la presencia del procurador general llamado de Villa y Tierra. La elección del procurador general se nombraba también en este santuario. Estos procuradores tenían por encima de ellos a los Alcaldes de Neguillán, cuyo cargo duraba dos años.
Se nombraban mayordomos de la ermita cada año, por San Juan de junio. Se celebraban dos fiestas o romerías: una el día de la Encarnación (25 de marzo) y la otra el día de la Natividad de Nuestra Señora (8 de septiembre). Se daba una especie de refresco a los romeros y se le pagaba al cura y sacristán, por derechos el día de la función, treinta y cinco reales. Hoy sólo se celebra la última de las fechas y que coinciden con las fiestas del lugar de Villagonzalo.