Los refugios del monte
En nuestros paseos por los pinares de Coca, nos encontramos a menudo con estas pequeñas construcciones que disponen de dos bancos adosados al muro y de una chimenea para poder encender lumbre. Pintados de blanco para ser vistos con facilidad, fueron edificados en los años cincuenta para dar cobijo a los trabajadores del monte o a cualquiera que se viera sorprendido por las inclemencias del tiempo. Tienen nombres diferentes que casi siempre aparecen escritos en su entrada, y algunos responden a sugerentes denominaciones relacionadas con el paraje en que se encuentren, como la “Cuesta el Aire”, o “Senda Lobera”.